En agosto de 2020, Caroline les dijo a sus padres que le dolía el brazo. Finalmente, dejó de usarlo.
“Cuando la llevamos a urgencias y luego a un traumatólogo, pensamos que podría ser una fractura”, dice Shayna, la madre de Caroline. “Estábamos eligiendo los colores de las escayolas y preguntándole si le gustaba el rosa o el morado”.
Entonces, los médicos del Hospital Infantil Valley, cerca de la casa de la familia en Clovis, dieron la noticia: había un tumor que estaba atacando agresivamente el hueso de Caroline. La familia se preguntaba cómo podrían salvarle el brazo.
“Llamamos a médicos de todo el país. Nos dijeron que la mejor opción para Caroline era operarla en el Hospital Infantil Lucile Packard de Stanford, a solo tres horas de casa”, cuenta Shayna. “La Dra. Avedian me aguantó las lágrimas durante las videollamadas y las preguntas de mi marido. La Dra. Spunt fue muy atenta y nos apoyó muchísimo. Su ayuda fue fundamental para conseguir una segunda opinión”.
El ortopedista Raffi Avedian, MD, y la oncóloga Sheri Spunt, MD, MBA, trabajan a menudo en estrecha colaboración con el equipo de Valley Children's y coincidieron con el diagnóstico de que Caroline tenía osteosarcoma, un tipo de cáncer de hueso que se encuentra muy raramente en niños de la edad de Caroline.
El plan consistía en una colaboración entre los dos hospitales: los tratamientos de quimioterapia se realizarían en el Valley Children's y la cirugía en el Packard Children's para extirpar el tumor y salvar el brazo de Caroline. Su brazo llevaría una prótesis extensible; no alcanzaría su longitud completa ni tendría total movilidad.
Caroline contó con su mejor amiga, una perrita de peluche, a su lado en todo momento. Pero antes de la cirugía, cuando se mencionaba la aguja, Caroline se ponía inconsolable. ¡Ya era hora de que un perro de verdad la acompañara!
“Donatella, la perra del centro quirúrgico infantil Packard, vino y la tranquilizó por completo cuando nadie más pudo. Nos salvó la mañana”, recuerda Shayna. Su familia agradeció enormemente el apoyo adicional. Sin donantes como usted, la visita de Donatella no habría sido posible.
La familia de Caroline se centró en vivir un día a la vez. Cuando sintieron que todo era demasiado para soportar, nuestra comunidad les brindó su apoyo.
“Poder ayudar a los demás en momentos de necesidad, ya sea económica o emocionalmente, es invaluable. Habiendo vivido esta experiencia, puedo sentir de verdad el impacto que tiene”, dice Shayna. “Cada dólar donado al hospital marca la diferencia en la vida de los pacientes. Desde especialistas en atención infantil hasta camas cómodas para los padres. Estaremos eternamente agradecidos”.
La operación de Caroline fue un éxito, ¡y ahora tiene un futuro brillante lleno de baile e incluso de práctica de su deporte favorito, el tenis!
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