La larga lucha de Doris contra la fibrosis quística, que la obliga a usar oxígeno las 24 horas, no le ha impedido convertirse en una leyenda en su escuela primaria de Menlo Park. La conocen como "La Chica del Lápiz Labial", ya que nunca sale de casa sin una capa de su brillo labial favorito.
Doris jamás olvidará el 3 de junio de 2014, el día en que recibió la llamada del neumólogo Carlos Milla: había pulmones disponibles para un trasplante, tan solo dos semanas antes de cumplir nueve años. «Rezaba para recibir un trasplante de pulmón antes de mi cumpleaños. Cuando recibí la llamada, lloraba, estaba asustada y feliz a la vez», cuenta. Tras el trasplante bipulmonar, Doris pudo respirar profundamente por primera vez en su vida.
