«Estamos muy agradecidos al Hospital Infantil Packard y creo firmemente que el departamento de cirugía pediátrica sigue brindando la atención más actualizada a los pacientes que necesitan tratamiento». - Elaine Housten
Elaine Housten fue testigo de muchos hitos durante sus 43 años como enfermera en Stanford. Trabajó principalmente como enfermera quirúrgica en el hospital de adultos y colaboró en el primer trasplante de corazón humano exitoso en los Estados Unidos en 1968, realizado por el famoso cirujano cardíaco Norman E. Shumway, MD, PhD.
“Como enfermera, sentía que estaba participando en cirugías de vanguardia”, afirma.
La extraordinaria carrera de Elaine comenzó en Toronto, Canadá, donde trabajó con el Dr. William Mustard en el Hospital para Niños Enfermos. Mustard desarrolló el procedimiento Mustard en 1963 para corregir una cardiopatía congénita llamada síndrome del bebé azul. Posteriormente, se mudó a Palo Alto para trabajar en Stanford y conoció a su difunto esposo, Sam Housten.
Cuando Elaine dio a luz a su hijo Alexander en Stanford, experimentó lo que era ser paciente en lugar de cuidadora. «Todo iba bien hasta que nació y nos dimos cuenta de que no respiraba correctamente», cuenta.
Alexander fue trasladado de urgencia a la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN), donde los médicos descubrieron que tenía una hernia diafragmática, una abertura en el diafragma que provocaba que sus intestinos se desplazaran hacia el tórax. En aquel entonces, solo sobrevivía el 101% de los bebés que nacían con esta afección, explica Elaine. Con tan solo 90 minutos de vida, Alexander recibió una cirugía que le salvó la vida a cargo del Dr. Stephen Shochat y del Dr. Gary Hartman, MBA, quienes cerraron la abertura.

“La gente de la UCIN fue increíblemente amable”, dice Elaine. “Los médicos se detenían a hablar conmigo. Como madre, no podría haber recibido mejor apoyo”.
Para alegría de Elaine, Alexander volvió a casa once días después y no presentó ninguna otra complicación. «Hoy tiene 44 años y está estupendamente», dice la orgullosa madre.
Elaine estaba tan agradecida por la excepcional atención y recuperación de su hijo que, años después, quiso devolver el favor. Tras consultar con su asesor financiero, Elaine decidió donar a través de un fideicomiso de remanente caritativo (CRT). Este fideicomiso le proporciona ingresos durante su vida, y el saldo se destinará a las organizaciones benéficas que ella elija, incluido el Hospital Infantil Lucile Packard de Stanford, tras su fallecimiento.
“¡Está creciendo! Lo que planté originalmente será mucho más grande que cuando decidí empezar con esto”, dice Elaine, que ahora tiene 81 años.
La donación de Elaine está destinada a la cirugía pediátrica en honor a Alexander y a sus años de trabajo en el quirófano. Elaine espera que contribuya a futuros avances médicos. «Siempre habrá novedades en el horizonte», afirma. «El progreso en la medicina es extraordinario. Cada día es asombroso».
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