Niños con necesidades especiales de atención médica y atención administrada: enfoques de tres estados
Para las familias con hijos con necesidades especiales de atención médica, depender de organizaciones de atención administrada es una situación preocupante, sobre todo cuando sus hijos requieren servicios costosos o poco comunes. Las familias temen que estos planes de salud, al trabajar con un presupuesto fijo para servicios futuros, limiten el acceso a la atención que los padres consideran adecuada, con el fin de controlar los costos y maximizar las ganancias.
Afortunadamente, las investigaciones ofrecen cierta tranquilidad al indicar que, en general, estos temores son infundados. La solución habitual a este dilema ha sido adoptar medidas de calidad para intentar garantizar que los pacientes reciban la atención que necesitan. Desafortunadamente, las medidas típicas no son lo suficientemente sensibles a las necesidades especiales de cada niño con problemas crónicos o complejos como para brindar esa garantía, y la variabilidad en la calidad entre las organizaciones de atención administrada subraya aún más la necesidad de enfoques nuevos y mejores.
Un nuevo estudio de la Academia Nacional de Políticas de Salud Estatales, con el apoyo de la Fundación Lucile Packard para la Salud Infantil, examina los enfoques adoptados por tres estados, entre ellos California, para garantizar que los niños con necesidades especiales de atención médica sean conocidos por su organización de atención administrada y que sus necesidades sean evaluadas para que se pueda planificar y brindar la atención adecuada. Los autores del estudio, centrados en los programas de Medicaid, hacen tres recomendaciones:
- Identificar a los niños con necesidades especiales de atención médica (CSHCN, por sus siglas en inglés) como una subpoblación específica en los contratos de atención administrada.
- Adaptar el control de calidad para abordar las necesidades especiales de los niños con enfermedades crónicas.
- Establecer alianzas activas y colaborativas entre la entidad pagadora, Medicaid y las organizaciones de atención administrada.
A estas sugerencias, la Fundación añadiría dos más. Primero, consultar y cumplir con las normas nacionales para los sistemas de atención a niños con necesidades especiales. La Asociación de Programas de Salud Maternoinfantil publicará próximamente dichas normas. Segundo, supervisar el cumplimiento de las normas y utilizar la información resultante para mejorar la atención prestada.


