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De todos los problemas que enfrentan los padres hoy en día en la crianza de sus hijos, gestionar el tiempo frente a las pantallas es, sin duda, uno de los más desafiantes y confusos. De hecho, el 71% de los padres con hijos menores de 12 años afirma estar, al menos en cierta medida, preocupado por el tiempo que sus hijos pasan frente a las pantallas, según un estudio de 2020 del Centro de Investigación Pew. ¿Cuánto tiempo es exactamente? Los CDC informan que los niños de 8 a 18 años pasan un promedio de 7,5 horas diarias frente a una pantalla para entretenerse. 

Todo este tiempo dedicado a internet y a los teléfonos inteligentes ha generado una creciente preocupación entre los padres. A pesar de estas preocupaciones, también reconocen los beneficios de una mayor conectividad. Los teléfonos inteligentes permiten a los padres comunicarse directamente con sus hijos en cualquier momento y lugar, y el rastreo GPS puede brindarles tranquilidad a los padres de preadolescentes y adolescentes. Por supuesto, las tabletas, los teléfonos inteligentes y otros dispositivos también ayudan a los niños a entretenerse y aprender cosas nuevas.  

Entonces, ¿qué deben tener en cuenta los padres que se enfrentan a este complicado tema a medida que sus hijos pasan más tiempo frente a las pantallas? 

Vigilando la salud mental de su hijo 

Cuando le damos a nuestro hijo un teléfono inteligente, esperamos que lo use correctamente. Pero también somos muy conscientes de los peligros que los niños pueden enfrentar en línea. Durante el Mes de la Concientización sobre la Salud Mental, nos centramos en la importancia de asegurar que el tiempo que su hijo pasa frente al teléfono y otras pantallas mejore, y no disminuya, su bienestar mental.  

Por mucho que padres, profesionales de la salud infantil, investigadores y otros deseen tener una mejor idea de lo que los niños ven en línea, nunca ha habido una buena manera de hacerlo. Niños y adultos por igual pasan de un sitio web a una aplicación, a un juego o a cualquier otro lugar cada pocos segundos. Todos navegamos por internet a la velocidad del rayo, a menudo viendo docenas, si no cientos, de páginas al día. 

¿Qué pasaría si una herramienta pudiera analizar rápidamente millones de datos para registrar y estudiar todo lo que se visita en línea y su duración? Una herramienta que ofrezca una visión clara de a qué dedican los niños su tiempo frente a la pantalla, una herramienta que funcione al ritmo de la nueva vida. 

Aunque pueda parecer difícil de imaginar, actualmente está en desarrollo en Stanford. 

Presentando Screenomics 

Investigadores de Stanford trabajan actualmente en un campo de investigación denominado "Screenomics", que proporciona un análisis de series temporales del uso de pantallas y el comportamiento digital. El screenome de cada persona, o mapa de todo su uso de aplicaciones, comunicación y visitas a la web, es único y proporciona una gran cantidad de información. 

El "Proyecto Screenomics Humano" de Stanford hace referencia al Proyecto Genoma Humano, el programa internacional de investigación colaborativa que secuenció y mapeó todos los genes de los seres humanos. Los participantes en el programa Screenomics de Stanford instalan una aplicación de monitoreo en sus teléfonos inteligentes, tras dar su consentimiento para el uso de sus datos, que captura una instantánea de la pantalla cada pocos segundos. El programa de investigación garantiza su privacidad. 

El Laboratorio de Screenomics de Stanford ha trabajado con más de 600 participantes y ha recopilado más de 400 millones de capturas de pantalla. Uno de sus primeros hallazgos fue que las personas cambian de una pantalla a otra con una rapidez increíble, aproximadamente cada 10 o 20 segundos. También descubrió que el uso de los medios varía considerablemente y contiene hilos de experiencia que abarcan contenidos radicalmente distintos. Mientras que un minuto del screenome de un adolescente puede mostrarlo pasando de Amazon a Instagram y luego a TikTok, el de otro puede mostrarlo pasando de YouTube a Instagram y luego a Snapchat. Todos tenemos nuestro propio screenome único, que cambia cada minuto o cada hora del día. 

Los investigadores de Stanford Screenomics Byron Reeves, Thomas Robinson y Nilam Ram escribieron un artículo en Nature que explica cómo funciona el proyecto: 
 
El software graba, cifra y transmite capturas de pantalla de forma automática y discreta cada cinco segundos, al encender el dispositivo. Este enfoque difiere de otros intentos de rastrear las interacciones entre humanos y computadoras, por ejemplo, mediante el uso de relojes inteligentes, pulseras de actividad física o diarios. Es más preciso, rastrea el uso en diferentes plataformas y realiza muestreos con mayor frecuencia. De hecho, estamos trabajando en un software que realiza grabaciones cada segundo. 

El Proyecto Screenomics Humano tiene el potencial de permitir a los profesionales de la salud mental e investigadores observar el comportamiento en tiempo real y recomendar intervenciones para sus pacientes jóvenes. El Screenomics del smartphone de un niño revelará las áreas que más lo atraen y distraen. El contenido problemático y los patrones de comportamiento se pueden detectar y tratar con mucha más rapidez y precisión que nunca, promoviendo el bienestar mental. Incluso se prevé que todo esto ocurrirá en el propio smartphone. El Proyecto Screenomics es relativamente nuevo y se encuentra en una etapa temprana de desarrollo, pero cada día se convierte en una herramienta más precisa y útil para ayudar a los profesionales de la salud mental a optimizar el bienestar mental de los niños. 

Si desea hacer una donación para seguir impulsando el Proyecto Stanford Human Screenome, comuníquese con Laura Andersen en laura.andersen@lpfch.org.