Las enfermeras son el pilar fundamental de cualquier unidad de cuidados intensivos neonatales. Laurel Lagenaur (arriba a la derecha) lo vivió en carne propia cuando desarrolló preeclampsia a las 28 semanas de embarazo y dio a luz a su hijo, Alex, seis semanas y media antes de tiempo en el Hospital Infantil Lucile Packard de Stanford.
“Sentí que la atención que recibió en la UCIN fue excepcional”, dice Laurel. “Cuando tienes un bebé de 1,3 kg, es normal que te preocupes. Las enfermeras fueron muy tranquilas y cariñosas”.
Cuando Laurel llevó a su hijo a casa, pesaba apenas 1,7 kg. Hoy, Alex tiene 27 años y se prepara para defender su tesis doctoral en la Universidad de Harvard. Es ultramaratoniano; ha completado la Leadville 100 y varios maratones, incluyendo el Maratón de Boston en tres ocasiones.
“Está claro que tuvo un buen comienzo en la UCIN”, dice Laurel entre risas.
A lo largo de los años, Laurel ha demostrado una gratitud extraordinaria. «Creo firmemente en la formación continua», afirma. Realiza donaciones anuales a través de un fondo asesorado por donantes para apoyar el desarrollo profesional de las enfermeras de la UCIN del Hospital Infantil Packard. Las donaciones de Laurel contribuyen a capacitar a las enfermeras para que aprovechen al máximo los avances que mejoran la atención de los pacientes más vulnerables de nuestro hospital.
Además, a Laurel le encanta organizar eventos para reconocer la valiosa labor de las enfermeras. Recientemente, ofreció una cena para las enfermeras de la UCIN de nuestro hospital en The BottleShop, en Redwood City. «Lo pasaron de maravilla», comenta. «Se notaba que disfrutaban de la compañía mutua y que trabajan muy bien juntas».
¡Gracias, Laurel, por tu compromiso de apoyar a las enfermeras de la UCIN de nuestro hospital!
Este artículo apareció originalmente en la edición de otoño de 2024 de la revista Noticias infantiles de Packard.



