El brote de COVID-19 esta primavera trajo consigo desafíos e incertidumbre a nuestro mundo. Nos enorgullece compartir cómo el Hospital Infantil Lucile Packard de Stanford reforzó rápidamente sus esfuerzos de primera línea para cuidar la salud física y mental de nuestros pacientes, familias, personal y comunidad, así como la investigación para resolver este problema global. Estos esfuerzos no habrían sido posibles sin el apoyo de los donantes. La filantropía impulsa la investigación e impulsa los descubrimientos. Estamos profundamente agradecidos con amigos como ustedes, cuyo apoyo nos permite tener el mayor impacto en los niños y las futuras madres de nuestra comunidad y de todo el mundo.
Momento de gratitud: Los socorristas y las fuerzas del orden se alinearon afuera del Packard Children's para mostrar su agradecimiento mientras el personal médico llegaba y se iba durante el cambio de turno de las 6:15 a. m.
Stanford lidera el camino: El patólogo de Stanford, Dr. Benjamin Pinsky, y sus colegas implementaron una de las primeras pruebas diagnósticas para COVID-19 aprobadas por la FDA. Proporcionaron pruebas no solo a pacientes de Stanford y Packard, sino también a otros hospitales del Área de la Bahía.
Pruebas en el auto: Para máxima seguridad, los pacientes permanecieron en sus vehículos para las pruebas. En el punto álgido de la pandemia, Stanford procesó 1000 pruebas al día, ayudando a las familias a obtener las respuestas y la atención que necesitaban.
Los investigadores aportan: A medida que aumentaba la necesidad de pruebas, el suministro de kits de extracción de ARN necesarios para los análisis de laboratorio en Stanford disminuyó. La Dra. Michelle Monje, doctora en medicina y doctora, estuvo entre los investigadores que recolectaron suministros y llenaron su Honda Odyssey con docenas de kits de prueba de COVID-19. "Había un gran espíritu de colaboración", afirma.
Solución sencilla: David Camarillo, PhD, profesor asociado de bioingeniería en Stanford, y su laboratorio diseñaron y construyeron respiradores simplificados para pacientes con casos graves de COVID-19 en regiones donde escasean. El proyecto fue posible gracias a una subvención del Chan Zuckerberg Biohub.
Aumento de las visitas de telesalud: Stanford Children's Health realizó hasta 800 consultas virtuales al día. Esto permitió a las familias confinarse en sus hogares y reducir la propagación de la COVID-19, a la vez que continuaban recibiendo la atención que necesitaban.
El arte con tiza trae alegría: Nuestros especialistas en vida infantil compartieron mensajes positivos de esperanza a través del arte con tiza en las aceras de nuestro hospital.
Ayuda de alta tecnología: Los donantes aportaron fondos para la compra de dos robots antigérmenes. Estos robots previenen infecciones dañinas destruyendo rápidamente microorganismos mortales con luz ultravioleta.
Procedimientos pospuestos: Si bien la COVID-19 no es tan prevalente entre los niños, el impacto en los pacientes de Packard Children's fue real. Para prepararse ante un posible aumento repentino de pacientes y minimizar el riesgo de infección, nuestro hospital pospuso procedimientos clave. El trasplante de riñón de Paizlee Davenport se pospuso para proteger a su padre, quien también era su donante de órganos. El hospital reanudó estos importantes procedimientos en mayo, y Paizlee recibió su nuevo riñón en junio.
Diversión y juegos: Con nuestras salas de juegos cerradas, Child Life y Sophie's Place Broadcast Studio aumentaron la programación que los pacientes y sus familias pudieron disfrutar desde sus habitaciones. El programa "Papilas Gustosas" presentó a los neurocirujanos pediátricos David Hong, MD, y Gerald Grant, MD, FACS, compitiendo en una cata de sabores.
Fabricación de mascarillas: Los voluntarios de la filial Hearts and Hands de Auxiliaries cosieron más de 3.000 mascarillas en nueve semanas para que el personal del hospital y sus familias las usaran fuera del hospital.
Descubrimiento de un síndrome raro en niños: La mayoría de los niños con COVID-19 presentaron casos leves, moderados o asintomáticos. En mayo, médicos de Nueva York, Londres y otros lugares observaron que algunos niños con COVID-19 presentaban síntomas de una grave enfermedad inflamatoria multisistémica.
Combatir los impactos secundarios de la COVID-19 en las comunidades marginadas: El Programa de Defensa Pediátrica colaboró con agencias gubernamentales para obtener asistencia legal en asuntos de vivienda relacionados con la COVID-19, mejorar las prestaciones laborales y ampliar el acceso a la atención de salud mental. El Departamento de Atención Centrada en la Familia ayudó a las familias de pacientes que no podían costear la comida durante su estancia en el hospital y colaboró con bancos de alimentos para garantizar que las familias tuvieran suficiente para comer al regresar a casa.
El vídeo se vuelve viral: La Dra. Maya Adam, profesora adjunta clínica, creó un breve video animado sin palabras que muestra cómo prevenir la transmisión del virus. El video se difundió mundialmente y atrajo 1,2 millones de visualizaciones en 10 días.
Incluso durante las siete semanas en el punto álgido de la pandemia, Packard Children's continuó brindando atención:
- 603 nacieron bebés
- 46 Se realizaron cirugías de corazón
- 7 trasplantes de células madre y 6 Los trasplantes de órganos se consideraron esenciales
Este artículo apareció originalmente en la edición de verano de 2020 de Noticias infantiles Packard.

