Durante una carrera para su clase de educación física de cuarto grado, Athena empezó a sentir dolor en el pecho. El corazón le latía muy rápido y le costaba respirar. Pero siguió corriendo y no le dijo nada a nadie.
Un año y medio después, estaba corriendo en la pista del colegio. Esta vez, Athena se desmayó. Sus padres la llevaron al pediatra, quien no encontró nada anormal. Volvió a su rutina.
Un par de meses después, Athena volvió a desmayarse. Su familia acudió al Hospital Infantil Packard en busca de ayuda.
A Athena le diagnosticaron una afección cardíaca poco común llamada miocardiopatía restrictiva, en la que el corazón se vuelve rígido y no puede funcionar correctamente. La Dra. Beth Kaufman y su equipo acompañaron a la familia de Athena durante todo el proceso de diagnóstico y tratamiento.
Desafortunadamente, todavía no existe cura para esta enfermedad, excepto mediante un trasplante.
“Esto fue una sorpresa total, pero el personal nos guió en todo momento”, explica Athena.
Una noche de mayo de 2017, cuando cursaba séptimo grado, Athena se despertó llorando en medio de la noche. Sus padres corrieron a la habitación y la encontraron incapaz de hablar o mover las extremidades. Llamaron al 911. En el hospital local le diagnosticaron un derrame cerebral, pero nunca antes habían atendido un caso de derrame cerebral pediátrico. El padre de Athena, Tuan, se comunicó con el Hospital Infantil Packard y una ambulancia la trasladó para realizarle una cirugía de emergencia y extraerle un coágulo. Athena pudo volver a mover las extremidades derechas y la pierna izquierda, pero necesitaría meses de rehabilitación para recuperar la fuerza y la coordinación en el brazo izquierdo.
Seis meses después, la salud de Athena empeoró y tuvo que regresar al Hospital Infantil Packard, a la espera de su trasplante.
“Un mes después, en diciembre, recibí un regalo de Navidad adelantado: un corazón sano que me quedaba perfecto”, recuerda Athena.
El trasplante le dio a Athena una nueva oportunidad de vida.
«Solo pasé unos días en el hospital después del trasplante», dice Athena. «Era libre. Pero no del todo libre; estaba atrapada por los medicamentos, los protocolos de seguridad, las mascarillas y, sobre todo, el gel desinfectante para manos. Mi familia y mis médicos me ayudaron a comprender que todas estas precauciones eran por mi salud, mi bienestar y mi felicidad».
Hoy, Athena cursa el último año de preparatoria y planea estudiar en la Universidad de California en Santa Bárbara el próximo año. En su tiempo libre, le gusta cocinar, hacer voluntariado, crear conciencia sobre la donación de órganos, pintar y probar comidas nuevas. También disfruta explorando lugares nuevos y divirtiéndose con su familia y amigos.
Athena ha dedicado muchos años al voluntariado en Summer Scamper y a compartir su historia con la comunidad de donantes del Hospital Infantil Packard. Cuando la fundación Make-A-Wish le concedió un deseo, donó a su equipo de cardiología y a la escuela del Hospital Infantil Packard, a quienes atribuye su recuperación física y mental.
Estamos encantados de homenajear a Athena como una Heroína Paciente del Programa Summer Scamper 2022.
«Espero que sepan que estoy aquí —viva— gracias a su generosidad y compromiso con el hospital», dice Athena. «Desde el fondo de mi corazón (adoptivo) y el de cientos de familias como la mía: gracias».
