“Me diagnosticaron leucemia una hora antes de cumplir 13 años, lo cual fue un regalo de cumpleaños fantástico”, recordó Nick con una risa sarcástica.
Uno de los especialistas en vida infantil del hospital me escuchó. Regresó cinco minutos después de verme y me regaló una pelota de béisbol autografiada por Willie Mays. Un regalo de cumpleaños mucho mejor, sin duda.
En la Sala de Conciertos Bing del campus de Stanford, se llenaron de sonrisas. Nick estaba en el escenario, rodeado de miembros de la Lucile Salter Packard Society (LSPS), donantes que han comprometido una donación planificada al Packard Children's a través de su patrimonio.

“Fueron cosas así, asegurarme de tener los juegos y las películas que quería, y asegurarme de que mi estancia en el hospital fuera lo más fácil y positiva posible”.
Nick continuó contando al público sobre los numerosos servicios de apoyo que él y su familia recibieron en el Hospital Infantil Lucile Packard de Stanford. Desde tutorías en la Escuela del Hospital para ayudarle a mantenerse al nivel de sus amigos, hasta un grupo de apoyo para padres que ayudó a su familia a gestionar su atención, toda la familia recibió el apoyo del compasivo personal del Packard Children's.
También compartió sobre el tratamiento médico de primer nivel que recibió en el Centro Bass para Cáncer Infantil y Enfermedades de la Sangre.
“Nunca fui un paciente fácil”, dijo Nick, describiendo la complejidad de su atención. Describió una ocasión en que su equipo médico detectó rápidamente un efecto secundario grave llamado anemia hemoglobina: su cuerpo no producía suficientes glóbulos rojos para funcionar correctamente. Su rápida actuación identificó rápidamente el problema y le proporcionó el tratamiento que necesitaba.
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Dirigiéndose al público, Nick ya no era el niño que soportó más de 30 transfusiones de sangre. Era un joven que iniciaba su vida adulta y su carrera. Su familia estaba presente, animándolo desde la primera fila.
“Me gradué de Cal Poly, San Luis Obispo en 2023 con un título en administración de empresas”, dijo Nick. “Y acabo de obtener el título de contador público certificado”.
La voz de Nick se llenó de gratitud mientras contaba su historia.
“El regalo que ustedes dan es la vida”, dijo, mirando a los donantes entre la multitud. “Fácilmente no estaría aquí si no fuera por la generosidad de personas como ustedes. Ayudan a personas como yo a vivir la vida que todo niño con cáncer merece”.



