Según una nueva investigación de Stanford Medicine dirigida por la Dra. Stephanie Chao, cuando mueren niños estadounidenses en tiroteos masivos, la mayoría de las veces el perpetrador es un miembro de la familia.
Los hallazgos, publicados en línea en JAMA Pediatrics, provienen del primer análisis de las relaciones entre los perpetradores de tiroteos masivos y las víctimas pediátricas. Los datos muestran que más de 401.000 de las víctimas pediátricas de tiroteos masivos fueron asesinadas por uno de sus padres, y 591.000 de ellas murieron a manos de un familiar, incluyendo padres, tíos, hermanos, abuelos y primos.
Chao espera que los nuevos hallazgos sirvan para concienciar sobre las principales causas de la violencia armada. Los datos apuntan a estrategias para reducir las muertes infantiles por armas de fuego. Por ejemplo, se podrían retirar las armas de los hogares donde las relaciones entre adultos se deterioran o aumentan los problemas de salud mental.
“Necesitamos investigaciones y políticas que aborden la violencia armada como un problema de salud pública, para que podamos comprender mejor cómo prevenirla y tratarla”, afirma Chao.
